“Tu no puedes guiar tu vida si tu brújula es la mente”
Mariana Bretón Hernández
Dentro de lo que he estudiado en diferentes áreas: espiritualidad, psicología, sociología, antropología, entre otras. Encontré una constante respecto al origen del dolor, la insatisfacción, bloqueo de la autorrealización y otros estadios emocionales del ser humano los cuales propiamente no les encanta experimentar pero que la mayoría los percibe como una constante en su día a día disminuyendo la calidad de su vida social, laboral, familiar y de su propia existencia, acrecentando enfermedades mentales. El instituto nacional de estadísticas y geográficas (INEGI) señala que 29.9% de los habitantes mayores de 12 años sufren algún nivel de depresión ocasional, mientras que el 12.4% los experimenta de manera frecuente. La ansiedad se posiciono con un 20% como motivo de consulta en salud mental, incrementando un 5% por la pandemia respecto a años anteriores, el suicidio por de presión como primera causa se vuelve alarmante en México.
Me permito subrayar que la prevalencia en el total de casos atendidos por suicidio que presentaban depresión aroja los siguientes resultados, un 60% para hombres y un 40% para mujeres, dicho porcentaje es importante ya que refleja que los hombres son mas propensos a un manejo inadecuadas de sus emociones por lo tanto los puede llevar al consumo de sustancias adictivas o en el peor de los casos, atentar contra su vida. La población masculina se ha desentendido por décadas en temas como inteligencia emocional o aceptación de la vulnerabilidad, llevándolos a vivir en silencio su dolor e insatisfacción, a lo que yo nombraría como inequidad emocional.
Al mismo tiempo, la inconsciencia de esta forma de actuar mecánicamente, guiar su vida utilizando la mente como su brújula mejor calibrada, ponderando por encima de otros aspectos del ser humano que desarrollará más adelante, pero primero es aclarar que la normalización de esta tendencia, la cual llamaremos “Piensa antes de actuar” genera malestares reales en nuestros cuerpos que asumimos como normales porque en pocas ocasiones nos permitimos “Aceptar, después actuar” exprimen experimentando una ausencia de estos bloqueos en nuestros cuerpos, es decir vivir desde el amor, la abundancia y fortaleza fluyendo con la realidad.
Vivir a partir de la mente y sus procesos como primer filtro, sería como elegir el sendero que tiene el letrero con letras enormes de ¡Disfrutar la cima, si sobrevives! para intentar llegar a la autorrealización, vivir en libertad y vivir en el aquí y el ahora. La mente sí tiene su importancia pero es una decisión muy arriesgada darle tanto poder.
