Llega el mes de septiembre y para muchos de nosotros llega la consternación, recuerdos lamentables, memes y supersticiones entorno a los temblores en nuestro país y no es para menos, pues en diferentes años hemos visto y sobre todo sentido debido a los movimientos telúricos, aunado a las lluvias que por lo general son comunes en estas fechas.
Justamente, ayer publicaba un escrito que escribí hace dos años a raíz de un temblor en plena pandemia y en dedicatoria a la ciudadanía del #19sept, precisamente el 23 de junio y es que vaya semana que fue para nosotros y más en algunos estados y para los capitalinos, debido a que estábamos en plena pandemia, una tormenta fuerte en la madrugada y en ese mismo día un sismo; luego entonces otro sismo al otro día de una escala de 7.5 en magnitud, dónde principalmente en mi alcaldía (GAM), vecinas y vecinos de la Unidad Habitacional Lindavista Vallejo habían sufrido daños y pérdidas de sus hogares.
Del temblor en comento, me había recordado al del #19sept, hoy cinco años y precisamente que en días previos al día de septiembre generó muchos sentimientos encontrados, desde el estrés, paranoia, miedo, etc. que genera el sonido de las alarmas y que sin duda ese sentimiento lo expresaron en redes sociales, cómo si no fuera poco, se cumplió lo que muchos decían de broma o muy firmes; llegó el 19 de septiembre y el temblor también en nuestro país después del simulacro y que avivó y afligió nuevamente a nuestra gente.
Del texto en comento de junio del 2020, quisiera nuevamente traerlo al presente y volverlo a plasmar: “Recordemos que en redes no paró de circular información acerca del suceso y sí, también de memes. No obstante, en lo personal me tocó fibras de aquel suceso de septiembre; dónde empezaban a circular las noticias de los lugares más afectados, ahí a unas cuadres del lugar dónde estaba y vivo, se había caído un edificio y que estuvimos apoyando. Hace años leía una publicación y es sabido de que los mexicanos somos muy solidarios con el mundo a través del plan DN-III por parte del Ejército Mexicano y Marina ante los desastres de los países vecinos y que decir con su propia gente y más entre los ciudadanos. Sin duda eso tiene el mexicano, siempre buscar la manera de ayudar”.
Nuevamente, como lo mencionaba en junio y con el actual temblor, es menester señalar lo que hemos adquirido y aprendido de aquel lamentable suceso del 2017. Reiteradamente y da gusto ver como ahora “el activismo social realizado después del sismo del #19sept fue con una mayor experiencia obtenida, la gente empezó a monitorear y reportar las afectaciones por medio de las redes sociales a través de sus móviles y equipos de cómputo en los municipios y estados dónde se percibió el movimiento telúrico. Pude darme cuenta y por ello recuerdo la gran movilización por parte de la ciudadanía para empezar a solicitar ayuda y de lo que se necesitaba para los lugares en donde había siniestros del sismo de aquel septiembre; sólo qué ahora con una mayor organización y mejor manejo en la difusión de mensajes y de necesidades solicitadas, ejemplo de ello, fue en las afectaciones en la Col. Unidad habitacional Lindavista Vallejo, ubicada en la Alcaldía de la GAM en la Ciudad de México y por cierto, colonia vecina de mi hogar.
Se empezó a solicitar ayuda, se actualizaban los mensajes conforme avanzaba y llegaba la asistencia y asimismo, en cuánto ya no se necesitaba más ayuda se actualizó y se difundió, esto sin duda”.
Con el temblor del #19sept en este año, recalco fueron aprendidas muchas formas de prevención y actuación de hace 5 años, que a pesar del miedo y la aflicción que se revivió y está presente, de nuevo también prevaleció “ese gran espíritu de ayuda que caracteriza a la ciudadanía mexicana”.
En definitiva, quise volver a escribir esto a manera de agradecimiento y apoyo a toda esa gente que hasta la fecha realiza activismo social, voluntario y que se hace presente en cualquier momento y desgracia.
Por tanto, considero menester que aún se siga dando esta sensibilidad en la ciudadanía a raíz de todavía la pandemia y de los sucesos naturales que acontecen, de tal manera que sigo estando convencido de que debemos ser una constante por hacer de esta, una sociedad mejor, con mayor empatía siempre y no nada más ante desastres; eso servirá de mucho para recomponer el tejido social que vemos que está mermado y eso lastima a la sociedad y al país mismo, recobrar esa unidad y humanización que salen a notar más ante situaciones de emergencia, de desastres y sumado a la pandemia. También el poder brindando que se esté informando y dar a conocer ese activismo social y digital que se va generando; sobre todo ese conocimiento de las experiencias adquiridas de los siniestros y que será también menester y útil después de esta “postpandemia”.
