Movimiento Ciudadano, el partido cuyo antecedente fue el partido “Convergencia ” trata de definirse como una especie de partido progresista, incluso considerando progresista como a una corriente ideológica un tanto apartada de la izquierda tradicional mexicana de finales del siglo XX e inicios del XXI. Dicha reconversión ideológica vino tras la desaparición de Convergencia por perder su registro. Sin embargo, para las elecciones federales de 2018, MC se sumó a la coalición electoral llamada “Por México al Frente, en conjunto con el PAN y el PRD. Es decir, se trató de una extraña alianza ideológica de dos partidos con orígenes en la izquierda, con el principal partido conservador en México.
Para las elecciones federales del 2021, MC decidió ya no ir en coalición electoral con el PAN, el PRD y ahora el PRI. No es ninguna extraña jugada, el truco detrás de esto es que, en la actualidad, las nuevas generaciones y en general muchos de los ciudadanos desconocen que MC, no es en sí un partido nuevo como en realidad se vende, y esto le es favorable a MC, pues tiene un margen amplio para definir su propia identidad como partido y consolidar a sus perfiles relativamente nuevos. Considerando eso, es evidente que MC no buscará relacionarse más, al menos directa y públicamente con el PRI, PAN, y el PRD; los partidos tradicionales que muchos han culpado como causa de su desencanto y desinterés hacia la política.
Lo que hace atractivo a MC para muchos de sus militantes y simpatizantes es su perspectiva del partido como uno con ideas “nuevas ”, con perfiles nuevos, que tiene miembros en su mayoría que no han pertenecido a otros partidos políticos (aunque evidentemente los hay, y cada vez en mayor medida), que no es Morena, pero tampoco es el PRI o el PAN. Bajo esa premisa, es desde luego indudable que la dirigencia del partido buscará conducirse en esa ruta al menos por unos años más. Es fácil dar un ejemplo de esto, pues, aunque hasta ahora MC ha ganado dos
gubernaturas, éstas se han concretado en entidades en las que el PRI y el PAN gobernaron con anterioridad y generaron enorme descontento y hartazgo social, pero también son entidades donde existe cierto escepticismo a las políticas de Morena; Jalisco y Nuevo León.
Habiendo mencionado tan solo algunas de las que, a mi parecer son las razones por las que a MC no conviene aliarse con el PRI, PAN y el PRD, es necesario también destacar las razones por las que a la alianza Va X México interesa tanto la integración del partido naranja.
En principio, la suma de fuerzas, un cálculo a mi parecer simplista, porque aboga prácticamente en hacer la mayor suma de fuerzas posibles (en este caso partidos y sus respectivas estructuras y militancias) para acumular la mayor cantidad de votos posibles, sin importar que tan incoherente sea la suma de distintos proyectos donde diferentes ideologías políticas como el progresismo, izquierdismo, socialdemocracia, o como se le quiera llamar, con la derecha conservadora. Sim embargo, apostar por ese escenario sería tirar al precipicio el posible crecimiento que MC pudiera tener en el futuro para consolidarse como un partido competitivo en las distintas entidades del país. Ir en esa ruta sería condenar a MC en ser un partido satélite a la par del PRD.
Considerando las ambiciones declaraciones y expresiones de las dirigencias de MC, ser un partido satélite no parece una opción, mucho menos cuando tienen entre sus cartas a un perfil como el de Luis Donaldo Colosio Riojas, y quiero aclarar que no menciono a él porque considere que pueda ser verdaderamente competitivo en las elecciones federales del 2024 para la presidencia de la República, sino porque dentro de la alianza Va X México, mucho se ha discutido la opción de buscar abandonar a Luis Donaldo Jr. para la presidencia de la República, pues le proporcionaría una cara relativamente nueva y decente a comparación de los liderazgos y/u opciones que tienen el PRI y el PAN con este propósito.
Todo se trata de cálculos meramente políticos, no existiría una respuesta coherente si nos preguntamos por qué MC buscaría regalarle a su gobernante más prominente mientras el partido asume el costo de arruinar su imagen de la “nueva política”
alejada de los supuestos perfiles y prácticas de antaño. La dirigencia de MC ha dado en el clavo de lo que pretende, le llevará en algún momento a tener mayor relevancia dentro de la política mexicana; “Mejor solo que mal acompañado ”, dice el conocido refrán. El partido ha demostrado que le es posible ganar gubernaturas sin alianzas electorales como fue en el caso de Jalisco y después en Nuevo León, y una competitiva disputa en Campeche, siguiendo dicha estrategia.
Aunque claro, eso no significa que no se logre decepcionar a la ciudadanía por mérito propio, pero al menos MC considera que las fallas y omisiones que puedan cometer sus gobernantes o la dirigencia del partido ahora y/o en el futuro, nunca serán tan costosas políticamente como lo sería tejer una alianza con los partidos del viejo régimen, tirando así una identidad y un proyecto de partido en construcción para beneficio de una alianza que no tiene propuestas serias, ni coherencia política, mucho menos interés social.