La ciudad que cautiva gigantes
Siempre encontré en la Ciudad de México un refugio emocional, son tantas las historias que miras en un andar que, simplemente quedas cautivado, la Gran Tenochtitlán es un vaivén de emociones que resuenan, un sinfín de momentos que quedan reflejados en una sinfonía perfecta con los sonidos urbanos que entre tamales oaxaqueños y compra de colchones, lavadoras o quizás, algo de fierro viejo que venda se plasma como susurro etéreo en el viento de esta majestuosa ciudad.