22 de diciembre de 2024

EN LA OPINIÓN DE ...

En 2009 la ONU emitió una resolución para celebrar el 22 de abril de cada año el día internacional de la madre tierra, desde entonces se ha venido celebrando o conmemorando año con año, dicha celebración se ha popularizado a través de las redes sociales, en donde políticos, activistas, gobernantes y ciudadanos exaltan el día acompañado de una foto alusiva al día, recomendando algunas “pequeñas” acciones en bien de la tierra.

Sin embargo, estas publicaciones en redes sociales lejos están de lo que verdaderamente necesita nuestra tierra. Y lo mas tristes es que solo ese día se acuerdan de que nuestro planeta está en latente riesgo por todo el daño que se le ha hecho: talas, megaproyectos destructivos, minería descontrolada, y un sinfín de acciones que día a día se hacen sin que nadie las regule o les ponga un alto.

Para prueba recurro a lo que sucede en la Ciudad de México, en donde el crecimiento acelerado de la mancha urbana en zonas boscosas o de reserva ecológica ha sido una constante en los últimos años, lo que ha generado serios problemas a los bosques y al medio ambiente. Sin embargo, pocas, por no decir nulas han sido las acciones gubernamentales para poner en definitiva un alto a este problema que carcome lentamente a nuestro planeta. El modus opernadi es similar en las alcaldías que cuentan con extensiones de tierra boscosa.

Muchos de los lugareños se han aprovechado de cierto estatus como ejidatarios, comunero u originarios para invadir el bosque, talar árboles, retirar hierbas, erosionar el suelo y su posterior lotificación para poner en venta la tierra a un precio raquítico. A estas alteraciones en el medio ambiente, que por cierto están tipificadas como delitos en la ley de equilibrio ecológico, suman las graves consecuencias que trae consigo la construcción de vivienda en estas zonas. Por mencionar algunas: fosas sépticas a falta de drenaje lo que daña los mantos acuíferos, o desviar el drenaje a las barrancas o ríos cercanos contaminando de manera irreversible, al talar los árboles elimina la captación de agua para mantener hidratado el bosque, aunado a la apertura de calles que ya no permiten la filtración natural del agua.

Esto es solo un ejemplo de lo que a diario sucede en las zonas boscosas periféricas de la Ciudad de México en las que no se ha actuado con firmeza para detener esto. Pensar en un desalojo de esas zonas es inimaginable por el alto costo político que representa por lo que se toleran, total los arboles no votan al menos así lo ha dejado ver la secretaria de Medio Ambiente de la Ciudad de México que a pesar de tener conocimiento no ha ejercido acción que frene este ecocidio silencioso. Los costos ambientales en unos años serán catastróficos para nuestra ciudad.

Lo anterior contrasta menormente con las acciones que se llevan a cabo para reforestar o salvar camellones, glorietas o áreas verdes de menor extensión, no quiere decir que no sea importantes, sino que por un lado se salva áreas menores y por otro se permite la destrucción de zonas completamente boscosas. Es entonces que no se comprenden las acciones gubernamentales.

Es por ello que el marco del día internacional de la tierra, bien vale la pena detenerse a reflexionar para que en un ejercicio de honestidad gobierno y sociedad puedan identificar las acciones que se han hecho para ayudar a nuestra madre tierra, acciones radicales, pues ahora ya no bastan las acciones “pequeñas” como no usar popote, reducir el tiempo de baño, comparar tal o cual producto, no porque eso no sea necesario o no sirva, sino que en la actualidad y el momento coyuntural que vive nuestro planeta se requieren acciones profundas, como el freno al crecimiento desmedido y acelerado de la macha urbana, el rescate de ríos y barranas, el saneamiento de pozos y manantiales y la protección firme del suelo de conservación ecológica en nuestra Ciudad. En definitiva, estas acciones serian dignas de celebrar en el día mundial de la tierra, no permitamos que el tiempo nos alcance.

Es momento de pasar de las publicaciones en redes sociales, tomando como tendencia o moda una conmemoración ha hacer del cuidado del planeta un estilo de vida y de gobernar.

Si las voluntades de gobernantes y ciudadanos se suman en acciones reales y contundentes nuestra madre tierra nos lo agradecerá.

Estamos en el punto crucial de preguntarnos ¿de qué lado estamos? De la tierra y su cuidado o de la destrucción acelerada del ambiente.

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