22 de diciembre de 2024

Waldo Fernández: La transformación de la política desde la ética, la transparencia y el sentido humano

Esta semana en nuestra Entrevista por La Transformación, hablamos con Waldo Fernández, Senador de la República, y en nuestro país, la política con frecuencia se percibe como una arena de corrupción, intereses personales y promesas incumplidas, Waldo Fernández es un testimonio de que el servicio público aún puede tener un propósito real y transformador. Con un enfoque técnico, una conexión directa con la ciudadanía y una postura firme frente a las prácticas cuestionables, este político originario de Nuevo León ha demostrado que la integridad y la cercanía pueden ser los ejes de un liderazgo efectivo.

A lo largo de su trayectoria, Fernández no solo ha impulsado cambios importantes en el ámbito legislativo, sino que también ha logrado conectar con las personas que más necesitan que su voz sea escuchada. En esta extensa reflexión, desglosamos su historia, sus valores y su visión de futuro, que representan una alternativa esperanzadora para la política mexicana.

Un inicio técnico en un entorno político

“Yo no llegué a la política por aspiración personal, sino por mi capacidad técnica”, relata Fernández al explicar cómo comenzó su relación con el servicio público. Como abogado, trabajó en la fiscalía en áreas como delitos electorales e inteligencia, lo que le permitió conocer desde dentro las complejidades del sistema legal y las dinámicas de poder. Su incorporación a la primera campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador en 2006 fue más un accidente que un plan deliberado: “Participé como técnico, como abogado, no como político”.

Esta actitud de mantener una cierta distancia respecto a la política tradicional marcó los primeros años de su trayectoria. Fernández no veía su rol como un escalón hacia el poder, sino como una oportunidad para contribuir desde sus conocimientos. Sin embargo, lo que comenzó como un papel técnico pronto evolucionó hacia un compromiso más profundo con la justicia social y la transparencia, elementos que definirían su carrera.

El enfrentamiento al fondo de “moches”: una decisión ética

Uno de los episodios más destacados de su carrera fue su postura frente al fondo de “moches”, un mecanismo que durante años permitió a los legisladores gestionar recursos discrecionales para obras en sus distritos, a menudo a cambio de beneficios personales. “Era un instrumento perverso de corrupción y de control del poder legislativo”, explica Fernández, quien no dudó en enfrentarse a esta práctica incluso cuando esto significaba aislarse dentro del Congreso.

Fernández optó por una estrategia poco convencional: en lugar de rechazar los recursos, decidió firmar convenios de transparencia y hacer públicas las asignaciones. “Lo que hice fue firmar convenios de transparencia con el dinero que me tocaba asignar. Hacía públicos los convenios y me aseguraba de que los fondos llegaran a donde debían llegar”, recuerda. Su postura le valió críticas de otros legisladores, quienes veían en la transparencia una amenaza a sus intereses.

El impacto de su trabajo fue significativo. Cuando López Obrador llegó al poder y eliminó el fondo de “moches”, Fernández se sintió vindicado: “Se devolvió al poder legislativo no solo la soberanía, sino también la dignidad”. Este momento marcó un antes y un después en su carrera, posicionándolo como un defensor de la ética en un entorno donde esta suele ser la excepción.

Una conexión real con la ciudadanía

Lo que distingue a Waldo Fernández de muchos otros políticos es su capacidad para mantenerse en contacto directo con las personas que representa. En lugar de limitarse a interactuar con ciudadanos durante campañas o eventos oficiales, Fernández ha adoptado un enfoque radicalmente accesible: “Todo el mundo tiene mi número de teléfono. Me pueden escribir por WhatsApp y me aseguro de contestar cada mensaje”.

Esta práctica, que puede parecer poco convencional, ha sido clave para identificar problemas reales y traducirlos en propuestas legislativas. Por ejemplo, a través de estos mensajes ciudadanos, Fernández descubrió irregularidades en el sistema de salud pública, como el sobreprecio de medicamentos y las dificultades de acceso a tratamientos. “Muchas de las iniciativas que presento nacen de lo que me dicen los ciudadanos. Ellos son el mayor insumo legislativo que tengo”, afirma.

Fernández considera que esta conexión no solo es una herramienta práctica, sino una responsabilidad ética: “Los ciudadanos me pagan un salario, y mi trabajo es escuchar y atender sus preocupaciones. No se trata de prometer, sino de actuar”.

La transformación de Nuevo León: orgullo y retos

Como representante de Nuevo León, Fernández habla con orgullo de su estado, describiéndolo como un ejemplo de resiliencia y capacidad de reinvención. “Nuevo León ha superado huracanes, la adversidad del desierto y conflictos internacionales. Es un estado que se reinventa cada 20 años”, comenta. Desde su pasado como centro industrial acerero hasta su presente como un hub tecnológico, Nuevo León ha sabido adaptarse a los cambios.

Sin embargo, Fernández también es consciente de los problemas que persisten en la región. La crisis del agua, la inseguridad, la movilidad y la contaminación son temas que, según él, han sido postergados durante demasiado tiempo. “Llevamos nueve años sin resolver problemas fundamentales. Es momento de abordarlos con soluciones sostenibles y una visión a largo plazo”, enfatiza.

Uno de los aspectos que más valora de Nuevo León es su diversidad cultural. “Hoy Nuevo León es un espacio cosmopolita. Vemos gente de Oaxaca, Guerrero, Chiapas y de otros países que han venido a contribuir. Eso enriquece nuestra identidad como estado”, explica. Para Fernández, esta diversidad es una fortaleza que debe ser aprovechada en la construcción de un futuro más inclusivo.

La política como herramienta de justicia social

Más allá de su papel como legislador, Fernández ve la política como un medio para transformar la vida de las personas. Su experiencia trabajando con víctimas de secuestro le dejó lecciones profundas sobre la necesidad de reconstruir el tejido social. “La maldad no nace sola; es un problema que daña a las comunidades porque no hemos sabido intervenir a tiempo”, reflexiona.

Esta perspectiva ha guiado su trabajo en el Congreso, donde ha impulsado iniciativas que buscan atender las necesidades más apremiantes de los sectores vulnerables. Desde el acceso a medicamentos hasta la regulación de contratos digitales, sus propuestas reflejan un enfoque pragmático y humano. “El gobierno tiene que generar oportunidades, especialmente para quienes no tienen otra opción”, sostiene.

Una visión optimista del futuro

A pesar de los desafíos que enfrenta México, Fernández se muestra optimista sobre el futuro. Considera que el movimiento de la Cuarta Transformación ha sentado las bases para una política más justa y equitativa, aunque reconoce que aún queda mucho por hacer. “Estoy convencido de que este movimiento va a seguir generando frutos para los ciudadanos mexicanos”, asegura.

Para él, el verdadero cambio no radica únicamente en las políticas públicas, sino en un cambio de mentalidad que recupere el sentido social. “Cada vez que hablo en público, pienso en que mis hijos se sientan orgullosos de lo que voy a decir. Esa es la brújula que debe guiarnos”, reflexiona.

Un modelo de política con propósito

La trayectoria de Waldo Fernández es un recordatorio de que la política puede ser una herramienta poderosa para el cambio positivo cuando se practica con ética, transparencia y empatía. En un sistema que a menudo prioriza intereses personales, su enfoque ofrece una alternativa que combina profesionalismo técnico con un compromiso genuino con las personas.

Fernández no se considera un político tradicional, y eso es precisamente lo que lo hace relevante en el contexto actual. Su capacidad para conectar con los ciudadanos, enfrentarse a las prácticas corruptas y abordar problemas reales lo convierten en un ejemplo de cómo debería ejercerse el servicio público. En un México lleno de retos, figuras como Waldo Fernández son fundamentales para construir un futuro más justo, equitativo y esperanzador.

Texto: Redacción La Transformación – Christian Ramírez Carrillo / Fotos Cortesía / Video: La Transformación

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