Nueva York. La exposición Grabados Mexicanos de la Vanguardia en el Museo Metropolitano de Arte (Met) en Nueva York, rinde homenaje al legado gráfico de México, destacando la obra de icónicos artistas como José Guadalupe Posada y Diego Rivera, quienes plasmaron temas sociales y políticos de manera visionaria. Desde sus inicios, el grabado ha sido clave en el desarrollo artístico y la comunicación en México, un rol que ha perdurado y evolucionado con el tiempo.
Organizada con más de 130 piezas, la exhibición lleva al espectador a un recorrido visual que abarca desde grabados devocionales del siglo XVIII hasta serigrafías de mediados del siglo XX. La muestra se centra en dos momentos cruciales: finales del siglo XIX, cuando Posada popularizó la figura de la calavera en sus caricaturas y críticas sociales, y las primeras décadas del siglo XX, cuando Rivera utilizó el grabado como medio de propaganda, colaborando con el periódico El Machete, vinculado al Partido Comunista.
Los Esqueletos de Posada: Símbolos de la Cultura Mexicana
Una de las figuras más llamativas de la exposición es la de José Guadalupe Posada, cuyo trabajo de representar esqueletos en situaciones cotidianas se ha convertido en un emblema de la identidad mexicana, especialmente en el contexto del Día de Muertos. En una de sus obras de 1895, Posada satiriza a la prensa mexicana al retratar a los principales periódicos como esqueletos montados en bicicleta, una crítica al régimen de Porfirio Díaz. Su célebre La Catrina, un esqueleto femenino con sombrero de plumas, se ha vuelto un símbolo icónico de la cultura mexicana en estas festividades, demostrando cómo el arte popular se conecta con tradiciones indígenas y europeas.
Rivera y el Arte de la Propaganda
La obra de Diego Rivera, particularmente su litografía de 1932 de Emiliano Zapata, captura el espíritu revolucionario de México con una representación poderosa y humana de Zapata como líder campesino. En esta pieza, Rivera lo presenta vestido con ropa sencilla y huaraches, resaltando su conexión con el pueblo. Esta litografía, una reinterpretación de un mural en Cuernavaca, destaca el idealismo y compromiso de Rivera con las causas sociales y su habilidad para combinar arte y mensaje político de una manera visualmente impactante.
La Versatilidad del Taller de Gráfica Popular (TGP)
El colectivo Taller de Gráfica Popular (TGP), fundado en la década de 1930, también tiene una destacada presencia en la muestra. Este grupo fue instrumental en dar nueva vida a la obra de Posada y producir grabados que promovían causas progresistas en México. Su enfoque democrático en la creación de carteles y volantes permitió que la estética gráfica fuera un vehículo para el cambio social. Los trabajos del TGP capturan el espíritu de la posguerra, con obras como el Cartel de celebración de la victoria aliada, en el que se combinan símbolos comunistas y antifascistas, dando voz a una época de profunda transformación política.
Rufino Tamayo y la Búsqueda de Expresión Personal
En contraste con Rivera, Rufino Tamayo utilizó el grabado como un medio para explorar la forma y el color, con una estética más introspectiva y menos política. Su xilografía El Revolucionario refleja un enfoque personal e idiosincrásico, menos preocupado por los temas sociales y más enfocado en la expresión artística.
Un Homenaje Perdurable
La exposición Grabados Mexicanos de la Vanguardia en el Met destaca la importancia de la obra gráfica en la historia del arte mexicano, mostrando cómo estos artistas utilizaron sus grabados no solo como expresiones individuales, sino como herramientas de cambio social.
Fuente: La Transformación / Foto: Cortesía