El mundo literario latinoamericano pierde a una de sus voces más emblemáticas. Antonio Skármeta, escritor chileno conocido por su obra Ardiente paciencia, que inspiró la célebre película El cartero (y Pablo Neruda), falleció este martes a los 83 años, tras un largo padecimiento de Alzheimer, según confirmó su hijo Fabián Skármeta a la agencia AFP.
“Fue un largo proceso que empezó hace años y terminó en una muerte natural”, expresó su hijo, quien también informó que la familia se mantuvo acompañando al autor hasta sus últimos momentos. La despedida de Skármeta marca el fin de una prolífica carrera que abarcó más de seis décadas de compromiso literario, político y social.
El legado de Ardiente paciencia y su impacto internacional
Aunque Skármeta dejó un vasto legado de novelas, cuentos, obras de teatro y ensayos, fue su novela Ardiente paciencia la que lo catapultó a la fama internacional. Esta obra, que narra la amistad entre un cartero y el poeta Pablo Neruda, fue adaptada al cine como Il postino (El cartero) en 1994, obteniendo cuatro nominaciones al Óscar. La relación entre el joven Mario Jiménez y el premio Nobel de Literatura quedó grabada en la memoria colectiva, al igual que la sensibilidad con la que el autor retrató la vida de los personajes más sencillos y humildes de Chile.
En palabras del propio Skármeta, su obra busca “fundar relaciones de amor, amistad y creación” como respuesta a la angustia de la fragilidad humana. Los personajes de sus historias, según él mismo, no son héroes ni protagonistas de grandes acontecimientos; son seres locuaces, ansiosos por disfrutar de la vida, tocados ocasionalmente por el destino o la historia, como en La boda del poeta o El baile de la victoria.
Un intelectual comprometido
Nacido el 7 de noviembre de 1940 en Antofagasta, Skármeta no solo fue un escritor prolífico, sino también un intelectual profundamente comprometido con las causas sociales y políticas. Tras el golpe militar en Chile en 1973, Skármeta se exilió, primero en Argentina y luego en Alemania, donde denunció activamente la dictadura de Augusto Pinochet y colaboró en iniciativas culturales y artísticas en apoyo a los chilenos en el exilio.
Su trabajo en la revista Araucaria de Chile fue fundamental para mantener viva la memoria cultural del país durante esos años oscuros. Su obra, sin embargo, siempre mantuvo un fuerte vínculo con su tierra natal, expresando en sus textos la resistencia y la esperanza del pueblo chileno.
El vínculo con México
Skármeta mantuvo una relación cercana con México, un país que visitó en múltiples ocasiones y donde colaboró en varios proyectos culturales. Fue frecuente invitado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y en 2007, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) le otorgó una medalla de plata conmemorativa de Benito Juárez. En 2011, la ópera Il postino, basada en su obra, se estrenó en México, reafirmando el impacto de su narrativa a nivel mundial.
Despedida y homenaje
El presidente de Chile, Gabriel Boric, expresó su pesar por la partida de Skármeta a través de sus redes sociales: “Gracias, maestro, por la vida vivida. Por los cuentos, las novelas y el teatro. Por el compromiso político”. En el Senado chileno se guardó un minuto de silencio en su honor, y el Festival de Cine de San Sebastián también transmitió sus condolencias a la familia y amigos del autor.
Su velorio tendrá lugar en el Teatro Nacional Chileno, un sitio emblemático de la cultura de su país, en el que Skármeta será recordado como uno de los grandes referentes de la literatura latinoamericana, un maestro cuyas obras continuarán inspirando a generaciones de lectores.
Antonio Skármeta dejó un legado imperecedero de palabras que narran la fragilidad, la pasión y la lucha del ser humano. Con su partida, la literatura chilena pierde a uno de sus grandes, pero su obra seguirá viva, tocando las puertas de la historia y el corazón de sus lectores.
Información: La Transformación / Fotos: Cortesía.