Ciudad de México — La Feria Internacional del Libro (FIL) Zócalo fue escenario de un conmovedor homenaje a la escritora y periodista Elena Poniatowska, quien fue recibida con una ovación de pie por un millar de asistentes durante la presentación del segundo volumen de sus textos publicados en La Jornada. La autora, una de las figuras más destacadas de la literatura mexicana, expresó su profunda emoción ante el cálido recibimiento, calificándolo como una sorpresa que llevará consigo siempre.
En este encuentro, celebrado en el Foro Elvia Carrillo Puerto, se distribuyeron ejemplares de Elena Poniatowska: Su obra en La Jornada (volumen II) entre el público. Este libro, al igual que su predecesor lanzado en 2022, recoge una selección de textos emblemáticos de la autora, incluyendo crónicas y entrevistas que capturan la esencia de diversos momentos históricos y figuras clave de la sociedad mexicana.
Una vida de letras y luchas
La obra de Poniatowska presentada en esta ocasión abarca temas profundos y conmovedores, como la Convención Nacional Democrática, el activismo de Evangelina Corona, la tragedia de la Guardería ABC, la lucha de la Cooperativa Pascual, y figuras culturales como el caricaturista Rius, la poeta polaca Wisława Szymborska, el ícono musical Juan Gabriel, el dirigente estudiantil Raúl Álvarez Garín y el cronista Carlos Monsiváis.
A lo largo del evento, Poniatowska estuvo acompañada por figuras emblemáticas como Paco Ignacio Taibo II, el historiador y director del Fondo de Cultura Económica; Marta Lamas, reconocida investigadora feminista; y Fabrizio Mejía Madrid, cronista y escritor. También estuvo presente Argel Gómez Concheiro, titular de Grandes Festivales Comunitarios de la Ciudad de México.
El legado de Jesusa Palancares y la lucha por México
En su intervención, Poniatowska evocó el impacto que tuvo en su vida la figura de Jesusa Palancares, un personaje que la marcó profundamente. “Jesusa me enseñó cosas que nunca había oído antes, sus relatos sobre la Revolución Mexicana fueron para mí una puerta a otro mundo”, relató la escritora, rememorando las historias de una mujer que vivió de cerca las batallas revolucionarias y la vida en el México de principios del siglo XX.
Asimismo, la autora expresó su gratitud hacia Marta Lamas y otras mujeres que la inspiraron a lo largo de su carrera en el periodismo y la literatura. “Marta me enseñó sobre la solidaridad y la lucha de las mujeres, algo que he tratado de plasmar en mi escritura y mi vida”, afirmó.
Un símbolo de resistencia y esperanza
Marta Lamas destacó la importancia de Poniatowska como símbolo del feminismo y de la resistencia social. “Elena es la escritora más querida de México, no solo por su inmenso talento, sino por su capacidad de denunciar las injusticias y dar voz a quienes más lo necesitan. Su vida ha sido un grito de amor por México y un reclamo por las mujeres sometidas, pero también una alabanza a las indómitas que han abierto caminos de lucha”, declaró.
Por su parte, Fabrizio Mejía Madrid reflexionó sobre el papel de La Jornada en la cobertura de movimientos sociales y cómo la trayectoria de Poniatowska ha estado entrelazada con estos momentos clave. Recordó las palabras del expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien destacó el manejo informativo del diario en situaciones críticas como el sismo de 1985 y la campaña electoral de 1988.
Un legado que inspira
Paco Ignacio Taibo II, en tono festivo, recordó su adolescencia y cómo Poniatowska fue una inspiración para él. “Cuando sea grande, quiero ser como Elena”, confesó, evocando la admiración que sentía por la autora y su capacidad para hacer lo que los demás debían hacer.
El evento no solo fue una celebración del legado literario de Elena Poniatowska, sino también una muestra de afecto y respeto por una mujer que ha dedicado su vida a contar las historias de México. Desde sus crónicas hasta sus novelas, la escritora ha tejido una narrativa que conecta con el corazón del pueblo mexicano, siendo una voz inquebrantable contra el racismo, el clasismo y la misoginia.
Un futuro lleno de letras
Elena Poniatowska, con su humildad y carisma característicos, cerró el evento pidiendo un minuto de silencio, no por tristeza, sino para dar las gracias. “Mis padres están más arriba de esta lona y me ven aquí. Es un honor estar rodeada de amigos, colegas y lectores que han acompañado mi vida y mi trabajo”, expresó.
Este emotivo homenaje en la FIL Zócalo dejó claro que Poniatowska sigue siendo una de las voces más poderosas de la literatura mexicana, y su obra continúa inspirando a generaciones de lectores que encuentran en sus palabras un espejo de la realidad social y política del país.
Información: La Transformación / Fotos: Cortesía
