22 de diciembre de 2024

Con evocación de sus andanzas rinden homenaje póstumo a Pedro Francisco Sánchez Nava, en la 33 FILAH

Pedro Francisco Sánchez Nava (Ciudad de México, 1951-2022) siempre gustó de trabajar en equipo. Esa gran familia que supo crear a lo largo de su vida, colegas y amistades invocó su presencia en un conversatorio realizado en el Museo Nacional de Antropología (MNA), donde también se inauguró la muestra Viajes y andanzas de un arqueólogo, compuesta por alrededor de 45 fotografías, incluidas en infografías, videos, documentos y objetos personales.

El director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto Hernández, y la coordinadora nacional de Difusión de la institución, Beatriz Quintanar Hinojosa, inauguraron esta jornada marcada por la emotividad, en el XXVII Simposio Román Piña Chan, in memoriam del arqueólogo que, a su vez, se inscribe en las actividades de la 33 Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH), organiza por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México.

Entre las virtudes que hicieron de Sánchez Nava una persona altamente estimada, el antropólogo Prieto Hernández destacó su generosidad, responsabilidad y entrega en todos los ámbitos que involucra la disciplina arqueológica: la investigación, la docencia, la conservación, la protección legal, la difusión y, sobre todo, su rescate, a través del salvamento arqueológico, una labor que suele menospreciarse, pese a su importancia en la integración del mapa del México antiguo.

Su trayectoria de más de cuatro décadas en la institución, dijo, es reflejo de esa disposición “a todas horas”, hasta su desempeño en los últimos años al frente de la Coordinación Nacional de Arqueología (CNA), probablemente el área de mayor complejidad dentro del INAH, donde estuvo pendiente del desarrollo de obras tan importantes como la supervisión arqueológica en la construcción del Tren Maya.

“Pedro Francisco dignificó el trabajo de salvamento arqueológico, que algunos desprecian, como si se tratara solo de recoger piedras o defender edificios, por el contrario, es una de las fuentes más importantes de investigación arqueológica. Una inmensa cantidad de sitios, hallazgos y acervo de materiales, no existiría sin esta labor que acompaña a las obras públicas y privadas, a los procesos de urbanización, industrialización y comunicación del país”, sostuvo el titular del INAH.

La antropóloga Beatriz Quintanar detalló que la exposición Viajes y andanzas de un arqueólogo, montada en el vestíbulo del Auditorio Fray Bernardino de Sahagún del MNA, recoge la impronta de los momentos más significativos de la vida profesional de Pedro Francisco Sánchez Nava, entre 1978 y 2022, aportando elementos para la reflexión acerca de sus contribuciones, y revelando el lado humano del colega, compañero, amigo, viajero, trovador y defensor de nuestro patrimonio.

Al brindar un recorrido por la muestra, la arqueóloga Maribel Piña, compañera del homenajeado, reveló un aspecto poco conocido de su perfil: su reconocimiento como perito experto en materia de arqueología, inscrito al Tribunal Federal de Justicia Administrativa. Por ello, realizó el peritaje y repatriación de diversos bienes culturales, entre los que destaca la recuperación de un caracol y un cráneo de estilo Mixteca-Puebla, este último se pretendía sacar del país envuelto en una máscara de luchador, objeto que forma parte de esta exhibición.

El bohemio culto

La titular de la CNA, Martha Lorenza López Mestas, moderó el conversatorio en el que participaron familiares, amigos y las y los titulares de las dependencias de esta área, entre ellos, los directores de Operación de Sitios, Guadalupe Espinosa Rodríguez; de Estudios Arqueológicos, Morrison Limón Boyce; de Salvamento Arqueológico, Salvador Pulido Méndez, y de la Subdirección de Arqueología Subacuática, Roberto Junco Sánchez.

Asimismo, sus colegas Mario Córdova Tello, Laura Ledesma Gallegos, Miguel Medina, María Teresa Castillo Mangas y Francisco Ortuño Cos intercalaron anécdotas para armar la semblanza de un profesional tenaz y visionario, y un apasionado de la vida que gustaba de lidiar vacas de 200 kilos, fan del Club América, buen escritor y narrador, que hacía amena cualquier ocasión al tomar la guitarra y ponerse a cantar.

Por último, Córdova Tello destacó la mancuerna que hizo con Sánchez Nava para integrar el Atlas Arqueológico Nacional, con las limitaciones tecnológicas y económicas del momento, pese a las cuales pudieron asentar una inmensa cantidad de sitios en la base de datos, cotejando los archivos estatales y recorriendo todo el país.

Fuente: INAH / Foto: Cortesia

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